domingo, 29 de mayo de 2011

Capítulo 4. Chica nueva.


POV Logan:

     Iba al instituto solo por obligación. Por mí como si se quemaba, no me importaba ya mi educación desde el año pasado, cuando me transforme en lobo, sólo iba porque mi padre adoptivo, Ben me obligaba a ir. Ben es mi padrino, mis padres habían muerto en un accidente de coche y Ben me había acogido en su casa de Forks un año atrás. Yo tenía una vida maravillosa en Los Ángeles pero todo cambió con el accidente, tuve que mudarme a ese estúpido pueblo donde no paraba de llover y hacía un frío helado.     Llevaba unos dos años viviendo allí cuando me transformé y un año como lobo.
Todo pasó en día normal, lo recuerdo como si fuera ayer.

Un día me empecé a sentirme mal, llegué del instituto y entré en casa agarrándome fuertemente el estómago, estaba sudando y tenía mucho calor. No había nadie en casa. Me fui a mi habitación y me tumbé en la cama hecho un ovillo. Me ardía mucho el estómago y mis gritos se ahogaban en la almohada. No se cómo pero oí una voz dentro de mi cabeza que me decía que fuera hacia el bosque, que había detrás del patio trasero. Fui arrastrándome hacía allí, el dolor era insoportable. Entonces ví a un hombre que me cogió en peso y me llevó hacia lo más profundo del bosque. A pesar de mis intentos de soltarme, no podía, era muy fuerte y yo cada vez tenía menos fuerzas. Anduvo mucho tiempo, creo que fueron dos horas. De repente se paró y me dejó en el suelo, levanté la cabeza para ver donde estábamos pero solo vi a cinco lobos alrededor de mí, me asusté. Me vino un dolor muy fuerte en el estómago y noté como mis huesos empezaban a dislocarse formando ángulos imposibles. Y ya no me importaron los lobos, por mí como si me comían, solo quería que el dolor parara ya. No podía aguantar el dolor era insoportable, gritaba y me retorcía pero eso no me aliviaba, me preguntaba que me estaba pasando pero no podía formular la pregunta debido a los gritos y gruñidos que me salían por la boca y finalmente sentí un dolor más fuerte que todo lo demás y me transformé en un lobo negro.

     Desayuné una taza de café bien cargado, esa noche me había tocado patrullar los alrededores y no había dormido nada. Ben estaba leyendo el periódico con su taza de café en la mano y le daba pequeños sorbos. Yo miraba la televisión distraídamente. Se me hacía tarde, no podía coger la moto por que no me daría  tiempo y si llegaba tarde Ben se enfadaba muchísimo y no tenía ganas de discutir con él.
     Ben se despidió de mí y se dirigió a su coche, al oír como arrancaba me fui directo al patio de atrás y me adentré en el bosque. Me quité la ropa y me la enrollé en la cinta que llevaba en el tobillo para llevar la ropa cuando me transformaba. Y empecé a correr para entrar en fase y me convertí en lobo.
    Iba corriendo por el bosque, sintiendo bajo mis pies la tierra húmeda debido a la lluvia, cuando percibí un olor que nunca había olido cerca de la carretera. Me acerqué y me paré en unos arbustos para observar de donde provenía ese olor.
     Era una chica, tenía el pelo ondulado y largo, marrón claro y tenía flequillo. Era de estatura normal pero su cuerpo era la de una modelo, tenía las medidas perfectas. Sus ojos eran verdes pardos y la tez blanca como la nieve y unos labios carnosos y rojos.    Tenía cara de niña buena que no hubiera roto en su vida un plato.
Cuando salí de mi ensoñación me puse a correr hacía el instituto.
Entonces vi como se giraba hacia mí justamente cuando empecé a correr. Mierda. Seguro que me había visto el costado.
Seguí mi camino pensando en ella y llegué al instituto sin darme cuenta, me dirigí detrás del instituto donde empezaba el bosque y me transforme, me puse la ropa que era unos pantalones vaqueros, una camiseta blanca de manga corta, a pesar de ser invierno y que iba a diluviar mi temperatura corporal era de 42ºC y no tenía para nada frío. Y me dirigí a la puerta de entrada.
     Vi como la chica se sentaba en un banco sola y como ese creído de Jake se sentó a su lado y le habló.
     Lo odiaba con todas mis fuerzas, era tan creído, imbécil, idiota, chulo… No lo soportaba. Use mi oído para averiguar cual era el nombre de esa chica y descubrí que se llamaba Cristina y que era española debido a su acento.
     Tocó la campana y me dirigí a matemáticas mi primera clase. Me senté al final y me puse cómodo, pero no duró mucho porque por la puerta apareció la chica de la carretera.    
    El profesor le dijo que se sentara conmigo. Conmigo. Se dirigió al pupitre solitario de mi lado y se sentó. Me miró de reojo y yo clavé mi mirada en la suya. Le eché una mirada asesina y ella se giró. Era mejor que no fuéramos amigos por su bien. Estuvo toda la clase sin mirarme. Cuando sonó el timbre me levante rápidamente y me dirigí hacia la puerta y salí. En la hora del recreo, me senté en la mesa de siempre, yo solo. Nadie quería ser mi amigo y se lo agradecía, no era bueno para nadie. Si me enfadaba podía  entrar en fase y todo el mundo sabría mi secreto y del resto de la manada. Yo aun era inestable, tenían que pasar al menos dos años para empezar a controlar mi ira y no transformarme, pero e cada persona variaba y no se podía saber con exactitud.
     Oí como Cristina me miraba y le preguntaba al presumido de Jake que quien era yo. ¿Un momento que quién era yo? ¿Por qué esa chica quería saber quién era yo? Y entonces Jake le dijo que era un tío raro y que no me relacionaba con nadie. Será idiota, claro que quería relacionarme con alguien pero no podía poner el peligro a nadie y menos a ella. ¿A ella? ¿Cómo que a ella? Pero si ella no era nada para mí solo la había visto tres veces.
     Tocó el timbre y me saco de mis pensamientos, me levante lentamente y me dirigí a mi próxima clase. Menos mal en esta no estaba Cristina.
     Las horas pasaron muy lentas y cuando tocó el timbre para salir me dirigí al bosque pero un pitido de un coche hizo que me girara y viera como Cristina se metía en el coche de ese lobo mimado.

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